Sicilia: Donde está el poder está la resistencia 

Tras la realización del videoforum de “Los cien pasos“, reproducimos este interesánte artículo sobre la situación en Sicilia y la lucha contra la mafia

Donde está el poder está la resistencia 

Escribir sobre Peppino no es fácil. Desde el principio, desde la forma de mencionarlo; Me acabo de referir a él como Peppino, es decir, usando la forma cariñosa en que lo llamaban los queridos y amigos. Quizás un Giuseppe Impastato más distante, hubiera sido más apropiado, ya que quien está escribiendo ciertamente no lo conocía personalmente. Pero con respecto a Peppino, el desapego es difícil, porque una vez que entiendes su historia, sobre todo si eres de Sicilia, casi sientes que lo conoces, lo has frecuentado, conversado con él sobre su compromiso político en el club “Música y cultura” o quizás sobre la “belleza” de la montaña que domina los decadentes edificios de Cinisi (Palermo); uno casi tiene la impresión de haber encontrado nosotras mismas en sus pensamientos. Porque, para cada siciliana la historia de Peppino es hasta cierto punto, la historia de sí misma. Porque Peppino encarna la mejor parte de Sicilia, la que todos hemos soñado al menos una vez y que tuvo el coraje de perseguir hasta el final, ganando una lucha que aún nosotras tenemos que empezar. 

Pero la voz de Peppino va más allá de Sicilia y habla a todas las que resisten. Quizás su mensaje final se pueda resumir con esta frase: “donde hay poder hay resistencia”. Resistencia es una palabra clave en esta historia. Para empezar, Peppino era comunista. En 1965 se unió al PSIUP (Partido Socialista Italiano de Unidad Proletaria); desde 1968 participó en diversas formaciones comunistas, en particular Lotta Continua; en 1978, poco antes de su asesinado, se dafilió con Democracia Proletaria en ocasiones las elecciones municipales de Cinisi, en las que finalmente fue elegido. 

En 2002 la ciudad de Anzola dell’ Emilia, territorio que se distinguió en la lucha partigiana contra el fascismo, otorgó la ciudadanía honoraria como ejemplo de Resistencia a Felicia Bartolotta Impastato, la madre de Peppino, que luchó toda su vida por defender la memoria de su hijo y para obtener justicia sobre el instigador de su asesinato, el jefe de la mafia Gaetano Badalamenti. Este es un homenaje que no debe sorprender, al fin y al cabo, la mafia y el fascismo persiguen los mismos objetivos y muchas veces con los mismos métodos: “amenazar, dominar, condicionar las conciencias, otorgar bienes y aparente seguridad a cambio de obediencia, garantizar los privilegios de unos pocos, respetar formalmente las tradiciones cristianas y el apego de las italianas a su tierra … ” (citado de Over the Hundred Steps de Giovanni Impastato). 

Otro episodio que quiero recordar, ocurrido en 2002, es el cierre de la industria de coches Fiat en Termini Imerese, Sicilia, que supuso el despido de cienes de trabajadoras. Una delegación de esas trabajadoras decidió pasar la nochebuena en la “Casa Memoria” de Cinisi, antiguo domicilio de Peppino, lugar donde se mantiene su memoria y punto de referencia de muchas luchas antimafia. Aquí nuevamente , un puente entre dos formas de resistencia: la antimafia y las obreras en lucha contra la lógica de un neoliberalismo caníbal que ahoga entre sus estrechas mallas las vidas de millones de trabajadoras.

Peppino intentó cambiar la sociedad desde miles de puntos de vista, ambiental, social, cultural … 

En una de las primeras secuencias de I Cento Passi, dirigida por Marco Tullio Giordana, un joven Peppino hablando al pintor militante Stefano Venuti, fundador de la sede del PCI en Cinisi, le propone de publicar un diario autofinanciado La Idea Socialista, a través de la cual denunciar los crímenes mafiosos en el territorio entre Cinisi y Terrasini. Venuti responde que la idea es pésima, que la izquierda en esa localidad es demasiado débil para tener un impacto, y que la gente tendría incluso miedo de comprar un periódico así. “Aquí un compañero solo aprende a deprimirse, a ser un perdedor de por vida“, contraataca Peppino en el escenario de la película. Es un paso fundamental porque aquí queremos enfatizar la importancia de la acción. La valentía es siempre una buena idea. Si no actuamos con continuidad, con el tiempo terminamos por convencernos de que el enemigo es demasiado fuerte, y que incluso su poder se basa en alguna inevitable ley de naturaleza.

Por otro lado, una sociedad más justa es absolutamente posible, pero se necesita una lucha constante. El fascismo, el racismo, el patriarcado, la explotación capitalista, la desigualdad, la mafia son todas cosas que pueden parecer indestructibles porque protegidas por sus castillos de poder, pueden hacer creer que no se pueda escapar de su alcance, que pueden esconderse para mandar y oprimir sin ser molestados. Pero si nos esforzamos un mínimo, descubrimos que están totalmente a nuestro alcance. La única distancia que nos separa de ellos es la del miedo. Y mide cien pasos.

Eso es lo que hizo Peppino. En 1966, en un momento histórico en el que en Sicilia existía el terror de incluso pronunciar en voz alta la palabra mafia, en el que siguiendo la ley del silencio la mafia ni siquiera existía en absoluto, Peppino publicó un artículo titulado “La mafia es una montaña de mierda “(el código penal italiano aún no preveía el delito específico de asociación criminal de tipo mafioso). 

La invencibilidad de la mafia en ese momento se había visto socavada porque nadie se había atrevido a desafiarla diciendo la verdad.

Era considerada una locura en Cinisi hablar públicamente y especialmente en la prensa sobre los crímenes del boss mafioso Gaetano Badalamenti; y la de poder verlo entregado ante la justicia, entonces, era una idea impensable. Pero Peppino demostró la vulnerabilidad de Badalamenti. El boss lo sabía y le tenía miedo. En 2002, Badalamenti fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Peppino. Murió en la cárcel y muchos no lo echaron de menos. En cambio, las palabras de Peppino, que el boss había intentado borrar en Cinisi, cada año continúan llegando a millones de personas en todo el mundo.

Concluyo con otra escena bastante elocuente de la película, en la que Peppino ocupa simbólicamente la sede de Radio Aut y pronuncia estas palabras en el micrófono: “Aquí estamos en Cinisi, Sicilia, donde no esperan más que nuestro desapego político y nuestro regreso a la vida privada “. Distraerse, acostumbrarse, resignarse es lo contrario a resistir. Debemos tener el valor de no cerrar los ojos, sino de mirar adelante. Y empezar a caminar. El enemigo está a solo cien pasos de distancia. 

De Ignazio Moscarelli, en Palermo, de 26/12/2021

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