Los resultados publicados de la Encuesta de Población Activa (EPA) por el Instituto Nacional de Estadística señalan un descenso del desempleo en 182.000 personas para el período del tercer trimestre del año, esto es, los meses de julio agosto y septiembre.
Con esta disminución del desempleo, – 54,8% de hombres y un 45,2% de mujeres-, se vuelve a recuperar la cifra de más de 18 millones de ocupados, aunque un poco lejos de recuperar la cifra de inicio de la legislatura del Partido Popular.
El descenso del desempleo se centra casi en exclusiva en el sector privado, -152.100-, mientras que en el sector privado sólo alcanza los 30.100 ocupados; esto es un 84% en el sector privado frente a un 16% en el sector público. Destaca así la absoluta centralidad de la iniciativa privada en la generación de empleo y como único eje sobre el que pivota la política de empleo del Gobierno.
Atendiendo a los modelos de contratación la de carácter temporal es la protagonista absoluta: 205.500 contratos temporales, mientras que la contratación indefinida baja en 18.900 personas y los trabajadores por cuenta propia lo hacen en 4.800.
No es un dato coyuntural. Si se observa la evolución anual, desde el tercer trimestre de 2014 hasta el tercer trimestre de este año, la contratación temporal supone el 65,6%. Algo más de seis trabajadores ocupados tienen una relación laboral temporal con su puesto de trabajo. Un muy mal dato de nuestra economía laboral.
Los nuevos ocupados se concentran en el sector servicios, -210.200-, y a distancia la industria con 13.100. Por el contrario, desciende la ocupación en la agricultura, 30.900 ocupados menos, y en la construcción con 10.300.
Los desempleados descienden en 298.200 personas, lo que hace que la tasa de desempleo se sitúe en el 21,8%, siendo el volumen de desempleo de 4.850.800, -las mujeres suponen el 49,3% y los hombres el 50,7%.
En la EPA hay otros datos de interés, que es conveniente destacar.
Los hogares con todos sus miembros en situación de desempleo ha bajado en 84.600 hogares y aún así hay 1.572.900 con todos sus miembros desempleados, lo que es un pésimo dato.
La jornada a tiempo completo es mayoritaria entre los hombres, -59,7%-, mientras que la jornada a tiempo parcial se concentra entre las mujeres con un 72,1%, lo cual es una nota más de la precariedad del empleo en el colectivo de mujeres.
El colectivo de menores de 25 años desempleado alcanza los 766.700 efectivos, con una tasa de desempleo que alcanza el 46,6% del colectivo.
La población activa ha sufrido un descenso, -540.000 personas-, y se sitúa por debajo de los 23 millones. He aquí uno de los motivos del descenso del desempleo según la encuesta.
Se han destruido 104.300 puestos de trabajo que unido a la bajada de efectivos en la población activa pone en cuarentena la tendencia al descenso del desempleo.
Por lo que respecta a la Comunidad de Madrid, la EPA refleja una bajada del desempleo en nuestra Comunidad de 57.200 trabajadores y trabajadoras.
La población activa se sitúa en 3.351.600 personas, de los que 2.806.400 están ocupados, -52,5% hombres y 47,5% mujeres-, y 545.300 desempleados, 50,3% hombres y 49,7% mujeres.
La tasa de actividad en nuestra Comunidad se sitúa en el 63,9% y la tasa de desempleo en el 16,3%.
A la hora de valorar la EPA de este tercer trimestre del año hay que considerar varios aspectos antes de dejarse cegar por el descenso del desempleo que refleja la encuesta.
El primer aspecto hace referencia a la estacionalidad del empleo. La encuesta se referencia a los meses de verano, -julio, agosto y septiembre-, y se conoce el efecto del turismo sobre el empleo. Este año han visitado nuestro país 54,4 millones de turistas, lo que supone un 3,8% más que el año pasado.
Otro aspecto a considerar es el descenso de la población activa. Si desciende, como es el caso en esta EPA, -ha descendido en 540.000-, no es de extrañar el descenso en el desempleo.
Si a ese dato se le suma el volumen de destrucción de puestos de trabajo, que se cuantifica en 104.300 puestos, la caída del desempleo se puede poner en cuestión.
En cualquier caso, el empleo que se está creando está presidido por la precariedad. El volumen de contratación temporal alcanza a 205.500 trabajadores y trabajadoras, mientras que la contratación indefinida experimenta un descenso de 18.900 personas y el trabajo por cuenta propia también desciende en 4.800 personas.
El Gobierno está iniciando la precampaña electoral basándose en cierta recuperación económica, amparándose en los valores de las variables macroeconómicas. Ahora bien si se presta atención a otros indicadores tales como la sangrante inmigración juvenil, que supone un proceso de desinversión en capital humano; el desempleo de larga duración, que alcanza a un 48,4% del total de desempleados; y el volumen de contratos temporales, la caída del nivel de salarios y el crecimiento de los contratos a tiempo parcial, podemos concluir con que la recuperación económica presenta ciertas características que no auguran un crecimiento económico sólido y con perspectivas favorables a medio y largo plazo para el conjunto de la sociedad.
En estos momentos, la clase trabajadora necesita más que nunca un Gobierno con un proyecto de país, con un programa transformador que ponga a la economía al servicio de la sociedad y con la creación de empleo como uno de sus puntos fundamentales. No sólo nos estamos jugando nuestro futuro, si no el de las generaciones venideras.
Así, la apuesta del Partido Comunista de Madrid no presenta ningún tipo de ambigüedad: la unidad popular para conseguir un Gobierno de todos y para todos, acabar con el “austericidio” de la política económica neoliberal y la puesta en marcha de un proceso constituyente que ponga fin a los claroscuros del Régimen del 78. Esto es, ni más ni menos, que un proyecto para un nuevo país.